La microbiota intestinal se considera un órgano más en la fisiología de nuestro organismo.
Está compuesta por billones de microorganimos como bacterias, virus, hongos y protozoos que viven en simbiosis y en equilibrio para cumplir con sus funciones y ayudarnos a mantener nuestra salud.
Residen principalmente en nuestro intestino y el total de todos los microorganismos componen entre 1 y 2 Kg de nuestro peso total y hasta un 70% de nuestras heces.
En el estómago la microbiota que encontramos es escasa debido a la acidez y a las encimas digestivas que impiden el desarrollo de los microorganismos.
En el intestino delgado comienzan a aumentar poco a poco la cantidad y la diversidad de los micoorganismos y en el intestino grueso es donde se encuentra la mayor cantidad y densidad microbiana.
Funciones de la microbiota digestiva
- La digestión de los alimentos que nosotros no podemos digerir.
Los fermentan dando lugar a moléculas como los ácidos grasos de cadena corta.
- Protección ante otro microorganismos patógenos.
Nos protegen haciendo un efecto barrera impidiendo el paso a bacterias extrañas, lo hacen produciendo sustancias antimicrobianas que impiden el crecimiento de otras bacterias.
- Estimular el sistema inmunitario. Entrenando a nuestro sistema para diferenciar lo que es propio y lo que es ajeno y hay que eliminar.
- Producción de vitamina K y vitamina B que el organismo no es capaz de sintetizar.
- Fabrican neurotransmisores del cerebro como la serotonina y la dopamina (más del 80%) por lo que son muy importantes en nuestro estado de ánimo.
Disbiosis y Eubiosis
Cuando la microbiota está en equilibrio se encuentra en Eubiosis, está cumpliendo su función.
Es difícil saber que cantidad exacta de microrganismo es normal para tener una proporción equilibrada, ya que cada individuo es diferente.
La disbiosis es cuando hay un desequilibrio en la microbiota, se encuentra alterada y deja de ser funcional.
Puede ocurrir un desequilibrio cuantitativo esto es que hay más microorganimos de los deseados en esa zona, como por ejemplo cuando se encuentran en el intestino delgado hablamos de SIBO.
El desequilibrio cualitativo es cuando nos encontramos microorganismo que no son habituales en ese ecosistema y causan un perjuicio como una infección.
Los desequilibrios en la microbiota suelen deberse a una mala alimentación o hábitos de vida poco saludables.
¿Qué pasa si no cuidamos nuestra microbiota?
Podemos sufrir trastornos gastrointestinales como diarrea, estreñimiento, gases…
También influyen en enfermedades metabólicas como la diabetes y la obesidad.
Pueden producir alteraciones en nuestra sistema inmune como por ejemplo desencadenar enfermedades autoinflamatorias, alergias y atopias….
El desequilibrio en la microbiota intestinal también puede tener consecuencias en otras partes del cuerpo como problemas de salud bucal e incluso infecciones en el tracto genitourinario, produciendo candidiasis.
Cuidados de la microbiota
Los probióticos son microorganismo vivos que administrados en la proporción correcta ofrecen beneficios para la salud del huésped.
Las especies más utilizadas son Lactobacillus y Bifidobacterium, además de la levadura Saccharomyces boulardii.
La alimentación es el factor principal para cuidar de la microbiota.
Eliminar los alimentos ultra procesados y los azúcares de nuestra dieta mejora el equilibrio de la microbiota.
Una dieta rica en hidratos de carbono complejos y Omega-3 y polifenoles ayuda a tener una microbiota variada y estable.
El consumo de alimentos fermentados como el yogur, kéfir, chucrut, el kimchi, miso o la kombucha son elaboraciones que nos proporcionan múltiples beneficios conservando nuestra microbiota e influyendo de forma positiva en nuestra salud.