Agua, la importancia de mantenerte hidratado todo el año y en verano más.

Llega el calor y escuchamos en todos los sitios la importancia de beber agua, de estar hidratado en verano, y es cierto, pero es un hábito más que deberíamos mantener todo el año.

Un 60% de nuestro cuerpo es agua, el 70% de nuestro cerebro es agua, la composición sanguínea tiene un 80% de agua y el 90% de nuestros pulmones es agua.

Cada célula de nuestro cuerpo necesita del agua para poder funcionar correctamente.

Con estos datos entendemos la importancia que tiene beber agua y estar hidratados siempre.

Las recomendaciones de consumo de agua se establecen en función de las necesidades fisiológicas del ser humano y la etapa en la que se encuentre.

En adultos la recomendación es de unos 2,5 litros al día, este es un valor medio, ya que depende de los hábitos de la persona y la actividad física.

Este aporte de agua se refiere al total de líquidos a ingerir, que incluye el agua que bebemos (80%) y en los alimentos que consumimos, principalmente frutas y verduras (20%)

Hay que tener en cuenta que el aporte hídrico tiene que ser continuo, ya que el agua no se almacena en el organismo, y que además tiene que tener una composición salina adecuada para que se pueda asimilar correctamente, ya que si la composición de sales es elevada puede producir deshidratación por procesos osmóticos.

En cuanto a las funciones que cumple el agua en nuestro organismo son las siguientes:

  • Regula y mantiene la temperatura corporal
  • Posibilita el transporte de nutrientes a las células
  • Ayuda a eliminar los desechos y toxinas de los órganos internos
  • Mantiene hidratadas las mucosas (ojos, nariz, boca…)

La falta de agua puede producir deshidratación.

La deshidratación puede producirse si estamos enfermos con fiebre, diarrea y vómitos, pero también con las altas temperaturas en verano.

La mejor opción y la más fácil para mantenernos hidratados es beber agua.

En cambio en verano y vacaciones solemos sustituir el agua por zumos, refrescos, cervezas y otras bebidas alcohólicas que no benefician la hidratación del organismo.

Así que recuerda, no esperes a tener sed para beber, ya que la sed ya es un síntoma de deshidratación.

Utiliza alternativas al agua, como pueden ser infusiones o cafés en su versión fría.

Aprovechar la hidratación incluyendo más frutas y verduras en la dieta diaria, así como sopas frías.

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